domingo, 20 de mayo de 2007

Empezando el día

Solo contaré mi diario despertar:
A las 6:00 a.m. con la brutalidad con que acostumbra sacarme de mis sueños suena mi pequeño despertador, me saca de mi pequeño paraiso nocturno y hace que me sacuda en esos momentos solo las sábanas, porque ooohhh!!! yo sé que esta 15 minutos adelantado y no me inquieta pararme de la cama pero su ruidacero ya me desconectó de mis sueños y con mucha flojera y
resignación empiezo de vez en cuando y de reojo mirar el reloj, "5 minutos más" y el minutero con su jugarreta hoy como todos los días amaneció con enormes deseos de trabajar que camina demasiado a prisa: "Noooo, hoy no tengo ganas de pararme" ¡a la fregada! ya se me esta haciendo tarde y camino al baño no me queda más remedio que empezar a abrir los archivos mentales que tengo que darles fluidez: "tengo que pagar la luz" "revisar tarea" "comprar comida" ETC, ETC, ETC, ETC, ETC....

Aunque después de esta primera y cruda prueba por lo regular el arcoiris de mis días empieza a aparecer, claro he de confesar que de vez en cuando lo gris del día tarda en irse.

2 comentarios:

Yaoteka dijo...

Utsss, a mi cómo me reencabrona que el despertador me interrumpa un sueño chido. Por eso no lo uso.

...el pex es que SIEMPRE llego re tarde a la chamba!!

:S

flo dijo...

mi buen yaoteka es que yo no soy jefa (chin!!!, tengo la esperanza de botarlo algún día), ahi radica el poder de usar o no el despertador.
saludos!!!