lunes, 21 de mayo de 2007


Hay una muy delgada línea entre la cordura y la locura que a veces saltamos de un lado a otro el uno y el otro sin percatarnos, permaneciendo escaso tiempo ahí, sin embargo a veces a algunos no les es posible retornar a la “cordura” . Este cambio de personalidad o estado asusta, porque estos alguna vez fueron tan “normales” como algunos de nosotros pero algo demasiado fuerte desencadenó esa condición.
Les comparto solo algunas de las experiencias que he tenido con personas en tales condiciones:


1.La primera que recuerdo es a una que formaba parte de mi camino de secundaria, ella tendría como unos 30 años, siempre con un cigarrillo, su mismo short azul de mezclilla, sandalias de playa y su blusa de tirantes sucia, muy bonita, tenía un cuerpazo envidiable, tez blanca, ojos azules parecía gringa, cuando cruzabas por su camino siempre te maldecía. Decía la gente que su locura se dio por que había perdido a su pequeña hija y la habían violado varias veces .
2. Manolito es un joven veinteañero que me lo topo todos los días en la calle, es pacífico, anda en bermudas, playera desmangada, un hilo por cinturón y unos huaraches, es moreno pelo corto, te saluda, siempre anda hablando solo, vive solo en su casa, su familia esta en Chicago, él vivía allá pero su consumo excesivo de cocaína y otras revolturas lo dejaron así y lo enviaron de regreso a casa.
3.Está el güero que a veces deambula por mi calle, tiene el cabello largo y rizado, sin camisa y pantalón rozado, carga un costal de botes diversos, este se sienta o permanece mucho tiempo en alguna calle, tiene una mirada penetrante que asusta y se masturba delante de la gente.
4.Hay uno gordo moreno con un pantalón hecho jirones que siempre te pide dinero, este es muy agresivo si eres mujer y te lo topas, en una ocasión me iba subiendo en el autobús y saqué un billete que el vió desde la banqueta, yo estaba a lado del chofer esperando mi cambio, cuando de repente me dio un puñetazo por la espalda que fui a dar a los brazos del chofer (que por cierto no estaba tan feo) y bueno lo bajaron a trancazos y muchas historias más que hay sobre su actuar. En otra se le ocurrió meter el pene en el escape caliente del autobús!!!, ya se imaginaran los gritos de dolor que pegaba, hasta que alguien lo quito de ahí de un jalón.

5.Está el que camina sin preocupación, de manera mecánica y a diario!! aprox. 10 km de un pueblo a otro, cuando me traslado al trabajo lo miro y se rie, supongo que de mí, se parece a Juan Diego.
6.También conocí a un jovencito uno que se fijaba mucho en tus zapatos, parecía tan “normal”, en una ocasión caminando con un amigo que calzaba unos tenis los cuales tenían aire pero que ya se desinflaban y hacían ruido al caminar, el muchachito que estaba sentado sobre la banqueta le comentó al verlo pasar: “hey tus tenis rechinan mucho, echales aceite y verás que ya no hacen ruido” , mi amigo se voltea a mi y me dice:” ¿será cierto? Jojojojo también me estaré volviendo loco si le hago caso”, pero se quedo pensando en la lógica de la recomendación.
Tan simple como cuando sea imposible controlar nuestros impulsos o locuras delante de las personas estaremos rebasando la línea divisoria, perderse en el infinito de las cosas y jamás encontrar la vía de retorno parece cruel, pero para el que se quedó ahí se le ve tan despreocupado. Aunque claro yo prefiero vivir medianamente preocupada por mi trabajo, por mi apariencia, por mis broncas, por hacer ciertas cositas en lo oscurito porque es la señal de que todavía estoy cuerda.

1 comentario:

Yaoteka dijo...

La mente humana, el cerebro y su funcionamiento nos es todavía tan poco conocido...

Yo también me preocupo de muchas cosas y a veces casi envidio a quienes viven en su mundo, como si se "despegaran" de la realidad. Sin embargo me siento afortunado por darme cuenta de ello (creo que eso también significa que estoy medianamente cuerdo aún...)